martes, 9 de agosto de 2011

No me gusta el progreso ni la riqueza ajena

 Me molesta ver a los hijos de los ricos disfrutando y cuidando la plata de sus padres, me molesta que el Papa paseé en su papamóvil con vidrios blindados, me molestan las frases de motivación personal y la gente que cree que somos especiales, me molesta que un embarazo no deseado se convierta en alegría y motivación únicamemente por costumbre y resignación.

Quería destruir todas las hermosas cosas que nunca tendría. Incendiar las selvas tropicales del Amazonas. Provocar emisiones de clorofluorocarbonos que destruyan el ozono. Abrir las válvulas de los contenedores de los súper petroleros y vertir directamente al océano el crudo de los pozos petrolíferos. Quería matar a todos los peces que no podía permitirme comer, y empantanar las playas francesas que jamás llegaría a ver. Quería meterle una bala entre ceja y ceja a todos los osos panda en peligro de extinción que no se decidían a follar para salvar su especie, y a las ballenas y delfines que se dejaban morir embarrancando en las playas. Deseaba respirar humo. Deseaba incendiar el Louvre; volver a esculpir las esculturas de Fidias del Partenón con una almádena y limpiarme el culo con la Mona Lisa. Mi mundo, el mío, y todos los antepasados están muertos.

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