El hombre sigue siendo un animal egoísta, imbécil, vanidoso, presumido y orgulloso, que no vacila en mentir, robar y asesinar para lograr sus (estúpidos) fines. Nadamás porque unos cuantos changos de éste mundo han subido en cohetes y han llegado a la luna y montado su circo espacial se piensa que el ser humano ha cambiado pero no es así.
Para empezar, el hombre es el único animal que ha tratado de renegar su origen y se ha inventado un origen divino, inventado además, dioses y diosas con formas humanas (y toda una serie de mitos y ceremonias a cual más imbéciles) y le ha inventado a otros hombres virtudes y sentimientos religiosos que no tiene y se ha empeñado en defender a esos "hombres devotos" como si fueran realmente representantes divinos (lo cual demuestra que unos son más tontos que otros).
Y a pesar de que las ideas religiosas son marcadamente tontas (si se les analiza) el hombre exige que se las tome en cuenta y se escuche a quienes comercian con ellas, no solo cortésmente, sino incluso reverentemente y hasta boquiabiertos.
Además el ser humano es el animal que peor se alimenta, pese a que se dice el "más sabio", pero las estupideces antes mencionadas no se limitan a un país, lo cual nos lleva derechito a una de las estupideces más notables del ser humano:
EL NACIONALISMO: el nacionalismo a llevado al mundo desde hace 20 y pico de siglos a las peores guerras y excesos, bástenos recordar a todo un pueblo considerado "culto" siguiendo y venerando a un esquizofrénico que les daba por su lado (Hitler), más aún, la biblia reseñaba ya las guerras de hace 30 siglos entre los mismos que las llevan a cabo hoy por los mismos pedazos de desierto (llenos de petróleo claro).
Aún así el humano no entiende, sigue dividiendo la tierra con fronteras, bardas electrónicas y alambradas, para que un señor martinez (hondureño) no se meta donde viven otros martínez, que no pudieron nacer más que en el salvador (que al fin y al cabo son iguales).
El hombre de Guatemala odia al de Mexico por la frontera idiota que los separa y el de Yucatán odia al de Quintana Roo... Y los de San Pedro el Alto odian a los de San Pedro el Bajo, y los del edificio A no se pueden ver con los del edicicio B, donde a su vez la familia del 103 no se lleva con la del 102.
La de crímenes que se han cometido detrás de ese pedazo de trapo de colores que llamamos bandera, y lo que es peor: la de sucios negocios que se hacen bajo el aparo de la bandera, y la "patria" y los "heroes". Desde las horrorosas estatuas, horribles monumentos y falsos retratos de los héroes hasta las inútiles y costosas celebraciones de las tales batallas y fechas "a recordarse".
Si todas las millonadas que se gastaron en los inútiles y demagógicos homenajes a Benito Juárez y demás "héroes", las hubieran destinado a algo útil (tapar baches, por ejemplo), la memoria del canijo índio de Guelatao hubiera quedado mejor parada que con todos los imbéciles discursos de todos los políticos y jilgueros.
El sentido de pertenecía es algo que ha estado inherente en el ser humano desde que este desarrolló la capacidad de razonar (paradójicamente), esto es lo que impulsa a realizar hazañas o tonterías por el simple y sencillo deseo de pertenecer a un grupo y sentirse aceptado para luego rivalizar con otro.
ResponderEliminarLa religión, el nacionalismo, y todas las subculturas son el resultado de este sentimiento que adoptamos y arrastramos hasta llevarlo a otras generaciones; la familia y las amistades son incluso el resultado de esta dependencia, de sentir que formamos parte de algo "exclusivo y único" que nos distingue.
Pienso que este sentimiento se va desarrollando y creciendo desde el núcleo más pequeño pero también el más influyente: el familiar. No es que esté en contra de la familia y los valores propios de cada una pero es innegable que mucha de la basura tradicionalista se hereda de ahí.
Como siempre, este parece ser un problema relacionado a la educación y a la cultura de todo un país. Quizá dentro de las cátedras que se imparten dentro de las escuelas, lo conveniente sería que se enseñara a no ser tan dependientes de la propia familia, del estado, del país, etc. Si bien este sentido de pertenencia es incluso necesario, porque todos anhelamos comunicar nuestra ideas y pensamientos y congeniar con otros similares, es decir, la amistad, la fraternidad y la comunión; cuando se lleva al extremo del nacionalismo pues sin duda desencadena en algo absurdo y peligroso como lo mencionas.
Sin embargo veo bastante difícil superar el nacionalismo ya que desde temprana edad, la gente es sometida a los valores de una nación, a cantar un himno y a desarrollar una identidad acorde con el país en el que vive.
¿Tú que propones mi estimado drugo para combatir este cáncer?